Este texto es parte del libro blogbook "El futuro es tuyo - La revolución Social de las personas", libro que nace de la propuesta de Dioni Nespral (España 2007), desde su blog publicó la idea de escribir un libro en conjunto sobre las nuevas formas de comunicar de las personas, empresas y profesionales, a lo que inmediatamente se hicieron eco varios curiosos de la materia, el libro hoy en día es una realidad y una herramienta fundamental para quienes somos profesionales de la comunicación.
Este proyecto traspaso las fronteras de España y hoy por hoy se esta gestando en nuestro país con la participación de grandes autores y profesionales, en otro post les acerco más data.
Ahí va el texto que forma parte del primer capítulo (Radicales Libres) del libro y con cual me siento muy identificado:
Andrés Pérez Ortega
Primer experto en España en Marca Personal. Personal Branding Sherpa www.marcapropia.net
Las nuevas herramientas tecnológicas están proporcionano un poder inmenso a los nuevos profesionales. Si se utilizan adecuadamente pueden llegar a equiparar la influencia de una persona a la de una gran empresa.
Radicales Libres, el poder de los nuevos profesionales.
Los radicales libres tienen una configuración electrónica de capas
abiertas por lo que llevan al menos un electrón desapareado que es muy susceptible de crear un enlace con otro átomo o molécula.”
Wikipedia
Hace casi dos décadas que, como tantos otros, obtuve mi licenciatura, la de química concretamente. Aunque en aquel momento muchos lo sospechábamos, la mayoría no queríamos darnos cuenta de que tanto tiempo y esfuerzo solo tenía un fin: incluir una línea en un historial profesional. Lo que aprendimos en la carrera, aunque apasionante, apenas tenía relación con el mundo real.
En los tres, cinco o diez años que pasas en ese entorno protegido nadie te cuenta lo que realmente ocurre fuera. Solo lo descubres cuando atraviesas los muros de la facultad para entrar en el mercado laboral y te conviertes en una pieza del sistema… y eso si tienes suerte. Sin embargo, recuerdo algo de lo aprendido durante el tiempo que pasé entre matraces, fórmulas y probetas. Me acuerdo, por ejemplo de algo denominado Radicales Libres. Me gusta el nombre y me gusta lo que significa. Creo que, como tantas otras veces, la naturaleza nos está dando una lección.
Un Radical Libre es el ejemplo natural a escala microscópica de lo que podría llegar a ser un profesional hoy en día. Creo que en este momento tenemos la posibilidad de actuar como ese tipo de moléculas y este libro colaborativo es un ejemplo de lo que digo. Somos un montón de átomos con configuración de capas abiertas que nos han empujado a crear enlaces con otros átomos o moléculas.
Mi visión de un profesional Radical Libre es la de alguien inquieto y con gran poder reactivo. No puede quedarse estático y tiene que estar constantemente imaginando y creando nuevos proyectos. Además tiene una elevada tendencia a establecer enlaces con otros profesionales.
El concepto de Radical Libre va mucho más allá de la denominación rancia y burocrática de “autónomo” o incluso las anglosajonas de “Free-lance” o “Free Agent”. Un Radical Libre tiene un toque de rebeldía, de libertad, de responsabilidad. No está sujeto a una definición administrativa. Su forma de actuar no depende del tipo de contrato o de un vínculo más o menos formal. Es más bien una forma de pensar y de ver la vida.
Hay varias características que le definen.
• Un Radical Libre no tiene la obligación de seguir una trayectoria profesional lineal y predeterminada.
• No ha de seguir el guión que escribió o le escribieron antes de cumplir los veinte.
• No acepta ser lo que otros dijeron que fuese.
• Sabe quién es, lo que quiere y lo que puede ofrecer a otros.
Todos podemos ser RL. Actualmente tenemos las herramientas, los recursos y los conocimientos necesarios para abrir nuevos caminos, los nuestros. Llevamos demasiado tiempo escuchando consejos, advertencias y recomendaciones bienintencionadas. Nos previenen de los desastres que nos pueden ocurrir si sacamos la patita por debajo de la puerta. Pero ¿Sabéis cual es la buena noticia? Que no pasa nada, o al menos nada malo, casi nunca.
Podemos empezar a utilizar nuestro “gran poder reactivo” para explorar caminos prohibidos.
Nuestro territorio no es un cubículo, un despacho, ni siquiera una empresa o una ciudad.
Nuestro laboratorio es el mundo entero. Hay muchos Radicales Libres por ahí susceptibles de crear enlaces que den lugar a compuestos insospechados. Unos tendrán aplicación práctica y otros no, al menos no evidente o no ahora. Empresas, proyectos, libros, revoluciones o re-evoluciones. Todo está a nuestro alcance si mantenemos nuestro gran poder reactivo y no permitimos que nos aislen.